ROTAVIRUS

YUDIEN VICTORIA SOSA GARCÍA


Los rotavirus son una causa importante de diarrea en lactantes humanos y en animales pequeños, incluidos terneras y lechones. Las infecciones en adultos humanos y en animales también son frecuentes.


Clasificación y propiedades antigénicas 

Los rotavirus se han clasificado en siete especies (A a G) más una especie tentativa (H), basándose en epítopos antigénicos presentes en la proteína estructural interna VP6. 
Los rotavirus del grupo A son los virus patógenos humanos más frecuentes. Las proteínas de la cápside externa VP4 y VP7 portan epítopos que son importantes en la actividad neutralizante, de manera que la glucoproteína VP7 es el antígeno predominante. Estos antígenos tipo específicos diferencian a los rotavirus y son demostrables mediante análisis de neutralización. Cinco cepas de serotipos predominantes de especies A de rotavirus (G1 a G4 y G9) causan la mayor parte de enfermedad en personas. Las distribuciones de estos muestran diferencias geográficas. Se han identificado múltiples serotipos en rotavirus humanos y animales. Algunos rotavirus animales y humanos comparten especificidad de serotipo. 

Propagación en el cultivo celular 

Los rotavirus son virus difíciles de cultivar. La mayor parte de los rotavirus humanos del grupo A pueden cultivarse si se tratan antes con la enzima proteolítica tripsina y si se incluyen bajas concentraciones de tripsina en el medio de cultivo del tejido. Esto desdobla una proteína de la cápside externa y facilita la pérdida de la envoltura. Se han cultivado muy pocas cepas de rotavirus que no pertenecen al grupo A.




Patogenia 

Los rotavirus infectan las células de las vellosidades del intestino delgado (respetan la mucosa gástrica y la colónica). Se multiplican en el citoplasma de enterocitos y lesionan sus mecanismos de transporte. Una de las proteínas codificadas por rotavirus, la NSP4, es una enterotoxina viral que induce la secreción al desencadenar una vía de transducción de señal. 

Las células lesionadas se desprenden hacia la luz del intestino y liberan grandes cantidades de virus, que aparecen en las heces (hasta 1,012 partículas por gramo de heces). La excreción viral suele persistir durante dos a 12 días en pacientes por lo demás sanos pero puede prolongarse en individuos desnutridos e inmunocomprometidos. En ocasiones la diarrea por rotavirus se debe a alteraciones de la absorción de sodio y glucosa a medida que las células lesionadas en las vellosidades son reemplazadas por células inmaduras de las criptas que no absorben. El restablecimiento de la función puede tardar tres a ocho semanas.


Manifestaciones clínicas y diagnóstico de laboratorio 

Los rotavirus causan la mayor parte de las enfermedades diarreicas en los lactantes y niños en todo el mundo pero no en los adultos. Hay un periodo de incubación de uno a tres días. Los síntomas característicos consisten en diarrea líquida, fiebre, dolor abdominal y vómito, lo que desencadena deshidratación. En los lactantes y en los niños, la pérdida grave de electrólitos y líquidos puede ser mortal si no se trata. 

Los pacientes con casos más leves manifiestan síntomas durante tres a ocho días y luego se restablecen por completo. Sin embargo, la excreción viral en las heces puede persistir hasta por 50 días después de iniciada la diarrea. Se presentan infecciones asintomáticas con seroconversión. En los niños con inmunodeficiencias, el rotavirus puede causar una enfermedad grave y prolongada.


Tratamiento y control 

El tratamiento de la gastroenteritis es sintomático, para corregir la pérdida de agua y electrólitos que pueden desencadenar deshidratación, acidosis, choque y muerte del paciente. 

El tratamiento consiste en la reposición de líquidos y el restablecimiento del equilibrio electrolítico por vía intravenosa o por vía oral, como sea factible. La mortalidad infrecuente por diarrea infantil en los países desarrollados se debe al uso sistemático del tratamiento de reposición eficaz. 

En vista de la vía de transmisión fecal-oral, el tratamiento de las aguas residuales y las mejoras en las condiciones sanitarias son medidas de control importantes.



FUENTE:

Mietzner, M. A. S. T. A. (2021). Microbiologia medica de Jawetz, Melnick y Adelberg 27a Edición.

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